Debates

Un TFG que nadie debió publicar

Apropiaciones indebidas, conjunto de paráfrasis, confusión y engaño al presentar como resultado de investigación una versión reducida y mal escrita de un TFG de compilación y comentario bibliográfico

21 de marzo de 2022
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El 15 de marzo de 2022, la investigadora del CSIC Laura Giraudo recibió un aviso de que una obra suya aparecía citada en un texto de reciente aparición. Al pinchar en el enlace encontró un capítulo, firmado por Ana María Olmedo Alberca, con un título que si no plagiaba la literalidad del título del proyecto de investigación en que estamos, sí que lo parafraseaba y se lo apropiaba de manera indebida. No sólo el título (“La heterogeneidad étnico-social en cuestión. Usos de un paradigma para interpretar América latina. Siglos XIX y XX”), también una parte relevante del sentido del proyecto, algunas hipótesis de trabajo y buena parte de la bibliografía que aparecía en la memoria del proyecto presentada al Ministerio. ¿Había plagiado de manera algo torticera y con manipulaciones de la memoria del proyecto? ¿Cómo pudo ocurrir si esa memoria no es pública?

Se trataba de una estudiante de la Universidad Autónoma de Madrid que “disfrutó” de una beca de iniciación a la investigación con Mirian Galante, una de las investigadoras principales de nuestro proyecto HeterQuest, durante el segundo cuatrimestre del curso 20-21. La tarea principal a realizar por la becaria era la de preparar una base de datos bibliográficos y de fuentes, razón por lo cual se le dio acceso a las carpetas compartidas del proyecto, donde están la memoria científica, los planes de trabajo, las bibliografías aportadas por el equipo de investigación (muchas de ellas, subrayadas y comentadas), algunas fuentes, etc. También participó en una reunión virtual al inicio del proyecto, donde fue presentada y a todo el grupo le pareció bien que trabajara con nuestros materiales para integrarlos en una base de datos unificada. Pero esta base nunca se realizó.

Además de tener la beca de iniciación, estaba preparando su Trabajo de Fin de Grado (TFG). Mirian Galante asumió la tutoría de ese TFG que, para hacerlo compatible con el desarrollo de la base de datos bibliográficos y de fuentes, se definió como una compilación bibliográfica y un análisis de la cuestión en torno a la heterogeneidad étnica y social en América Latina. El TFG, que finalmente se entregó y aprobó con buena calificación, tenía mucho de apropiación del proyecto HeterQuest, pero mantenía el objetivo de compilación bibliográfica y comentario de la misma en torno a la deseabilidad o no deseabilidad de la heterogeneidad (algo que exagera una idea apuntada en HeterQuest y que invierte, polariza y distorsiona la propuesta de Mónica Quijada sobre el paradigma de la homogeneización). La propia estudiante señala en el apartado metodológico del TFG que se trata de un estado de la cuestión construido a partir de unos pocos textos clave, aportados por la tutora y fundamentales en nuestro proyecto de investigación, a los que se añaden algunos otros encontrados en Internet (la redacción de estos argumentos no es muy clara, pues fluctúa entre la defensa de una investigación original y la reseña de un conjunto bibliográfico). Es obvio que Mirian Galante trabajó para esta estudiante, le facilitó la documentación, el asunto y la perspectiva a desarrollar, los principales textos, la corrección del TFG, incluso a sabiendas de que estaba permitiendo una cierta apropiación del trabajo desarrollado por el equipo del proyecto. Se trataba de apoyar el trabajo de final del grado y que tuviera buenos efectos académicos en la estudiante, como así ha sido. Pero nunca se autorizó la publicación del mismo, ni siquiera se habló de ello, menos aún sin realizar cambios muy importantes y sin identificar mejor qué argumentos se pueden atribuir legítimamente a la estudiante y cuáles, muchos otros, no (si esta importante distinción no siempre es clara en el TFG, en el texto publicado se diluye completamente).

Aquella beca terminó, la estudiante nunca entregó la base de datos comprometida y continuó su búsqueda de otras becas en la habitual “escalada” académica. No es que estuviera bien poner por delante su calificación en el TFG y no cumplir con el encargo por el que recibía la beca, pero, al fin, es lo que parece que premia la individualista carrera meritocrática, en la que lo importante es un rápido rédito propio. Sin embargo, Olmedo Alberca, que debía de estar contenta de “su” TFG, debió de pensar que bastaba con reducirlo, quitar algunas retóricas propias de los TFG y publicarlo como capítulo en una ingente compilación de 118 textos bajo la editorial Dykinson, casi 2400 págs., y la coordinación de Sandra Oliveros Guidobono (https://www.plagios.org/tag/sandra-olivero-guidobono/) y Alfredo José Martínez González. No consultó Olmedo Alberca con su anterior tutora, Mirian Galante, ni con la otra investigadora principal del Proyecto HeterQuest y sus integrantes, ni debió de pedir que alguien revisara el texto para ver si estaba para publicar (obviamente los coordinadores no lo hicieron). El resultado es un capítulo que merece muchas críticas, por lo que refleja del perverso sistema de premios en la “carrera” académica y por el texto mismo.

En cuanto a la carrera académica, habría que subrayar algunos elementos importantes. En primer lugar, este premio a la “velocidad” en publicar, sin tiempo de revisión, correcciones y dudas sobre si es oportuno o no publicar: entre la presentación del TFG y la publicación no debió de pasar mucho tiempo. En segundo lugar, anteponer el resultado (la publicación) a la responsabilidad con las otras personas, en este caso con la tutora del TFG y responsable de la beca y con el equipo de investigación. En tercer lugar, el “trabajo” de quienes firman como coordinadores y que no parece que hayan hecho mucho más que compilar o transmitir los textos según habían llegado al encuentro o congreso que los agrupó (esto no queda claro en el libro, pues no lo explica la Introducción que sólo firma Sandra Olivero y que no pasa de ser un conjunto de frases hechas que admiten cualquier texto por más contradictorios que puedan ser entre sí). En cuarto lugar, está el papel de la editorial que se presta a publicar los textos que le entregan y a la que, seguramente, le han pagado, pero tampoco esto último está claro, pues no se señala si ha recibido o no financiación para publicar, pero se me hace muy improbable que una editorial asuma el costo de tal volumen sin un sustancioso aporte económico (adelanto mis disculpas si esto no fuera así). Lo más grave respecto a la editorial es que luego juega en los índices de prestigio que “usamos” en la atribución de calidad a las publicaciones y a los CV, de manera que Dykinson, en el área de historia del ranking del SPI para 2018 publicado por el CSIC, estaba en el puesto 23, por delante de editoriales como Iberoamericana, el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, o la propia Universidad Autónoma de Madrid en la que estudia Olmedo Alberca. Por último y más importante, en la competencia por la siguiente beca o por un contrato de profesora sustituta, Olmedo Alberca presumirá de una temprana publicación en su CV, que la comisión dará por buena en el mecanismo automático de evaluación sin lectura de la infinidad de méritos apuntados, y si llegara el caso de que alguien de esa comisión entrara a leer el texto publicado, le aparecerá que la “autora” ha realizado una amplia compilación bibliográfica, que participó, según declara la autora, en un proyecto de investigación del Ministerio, pese a no cumplir con la tarea asignada en el mismo. Más allá de los errores de redacción y argumento, que son obvios y atribuibles al estado inicial de su formación, la hipotética persona que leyera el texto del mérito a valorar difícilmente apreciará la apropiación y confusión de contenidos, a no ser que sea especialista en el área de estudios. El resultado de este conjunto es que el supuesto proceso de evaluación y selección según méritos y calidad investigadora reproduce la improvisación, el egocentrismo, la falta de criterio científico, la especulación editorial y la inflación en credenciales que sostienen las estadísticas, índices y auditorías de la producción académica: un desastre caro y frustrante.

En todo lo anterior, Olmedo Alberca tiene un papel muy menor, aunque “ejemplar”. Respecto del texto publicado la cosa es distinta. El título y el subtítulo del TFG (si hubiera quedado ahí, no sería muy relevante) y del texto publicado no son propios, sino que derivan de manera directa del título y de la perspectiva del proyecto I+D+i HeterQuest “La heterogeneidad en cuestión: saberes y prácticas cruzadas en el derecho, el indigenismo y lo social. Mesoamérica y área andina, época contemporánea” PID2019-107783GB-I00, financiado por MCIN / AEI / 10.13039/501100011033. No es que este proyecto sea el único que se ha planteado una investigación sobre la heterogeneidad en América Latina, asunto sobre el que hay una gran y longeva bibliografía, sino que no nos consta otro proyecto o publicación que le haya dado el sentido que incorpora ese título y esas dimensiones a estudiar, ni siquiera los trabajos de Mónica Quijada sobre el paradigma de la homogeneización al que tanto debemos y que Olmedo Alberca también se apropia al no deslindar bien cuando cita, parafrasea o sigue de manera propia.

Como señalaba más arriba, aunque la publicación está extraída al ciento por ciento del TFG, no son iguales, lo cual empeora la situación, porque en muchas ocasiones los argumentos se han compactado (no resumidos, seleccionados o sintetizados) en exceso y no se entienden bien. Además, y más importante, al quitar varios párrafos importantes del TFG sobre su orientación y fuentes, el texto publicado se presenta como una investigación original, con todo el peso de la retórica científica de las hipótesis, desarrollo, resultados y conclusiones, cuando sólo se trata de un conjunto de “mini” reseñas o, directamente, de extractos de citas y resúmenes sobre algún tema ya publicados. Esto es especialmente grave cuando dice que hace una lectura propia de algunos textos clásicos, desde Alberdi hasta Gamio o Molina Enríquez, pero sus lecturas reproducen el orden y los sentidos que aparecen en los textos de otras autoras como Mónica Quijada o la propia memoria de nuestro proyecto. Incluso reproduce algunas citas de textos que es poco probable que haya leído y que aparecen en textos publicados en Internet. Por ejemplo, en el capítulo publicado cita como lectura propia la obra de Alejandro Marroquín Balance del indigenismo, que es difícil de encontrar en España (en Madrid hay algún ejemplar), pero no lo hace en el TFG, por lo que se puede deducir, pues no es claro, que la cita la toma de “Fernández, J.M. (2009). Indigenismo”, un mal texto sobre el tema disponible en Internet y que cita a Marroquín.

Más grave resulta que, en el afán de meter citas, paráfrasis o referencias en el mismo párrafo, cuantas más mejor, no se entienda bien a qué texto o autoría atribuir una idea y, en ocasiones, se compactan ideas contradictorias en una misma frase y el conjunto se atribuye, como si pudieran compartirlo, a autorías distintas que difícilmente estarían de acuerdo entre sí. Esto ocurre con algunas referencias a trabajos de Laura Giraudo y de Juan Martín-Sánchez, en las que mezcla nuestros planteamientos con los de J.M. Fernández sin ton ni son, en una manera que nos gustaría nunca hubiera sucedido.

Un TFG es un ejercicio académico muy acotado y que tiene como principal objetivo que una estudiante muestre y use los conocimientos y competencias adquiridos durante el grado. Eso es lo que hay que evaluar y así hay que leer un TFG, tratando de ser comprensivos con los errores y exigentes con las posibilidades, pero siempre cuidando a la estudiante y su proyección académica y profesional. Una publicación, académica o no, es distinta y se debe cuidar mucho cómo pueda afectar a personas, grupos de investigación o instituciones, además de estar sujeta a la crítica pública: ya no es una evaluación interna de un examen o ejercicio que se refleje en el expediente y que es parte de la formación de la estudiante, sino parte de la responsabilidad colectiva e individual en la producción, distribución y uso del conocimiento.

En fin, no me alargo más y acabo con la petición a Olmedo Alberca, los coordinadores del volumen y la editorial Dykinson de que retiren el texto y pidan disculpas por lo ocurrido. Como señala P. Bourdieu cuando describe y analiza el campo científico-académico –en especial para áreas en las que, como la historia o las ciencias sociales, no hay un claro cierre y orden del mismo campo en torno a una jerarquía de preguntas, procedimientos y saberes establecidos–, el prestigio de las personas y las instituciones es fundamental, aún más al inicio de una “carrera” académica.

Demonte, Italia, 21 de marzo de 2022.


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